12 de julio de 2022
Actualidad
La estrellada que se puede pegar con el vapeo
Los vapeadores fueron la solución que muchos encontraron para dejar el cigarrillo tradicional, sin embargo, ambos generan adicción y, aunque están de moda, las autoridades sanitarias empiezan a verlos como una problemática.
Por: SoHoA las fiestas en bares y discotecas en los últimos años llegó un humo con agradable olor con el que muchos se sienten atraídos, pero que esconde detrás de ese atractivo aroma un riesgo para la salud. Son los vapeadores, que llegaron para cautivar a los jóvenes con su variedad en innovadores sabores y con una alternativa a los fumadores que han buscado mil maneras de dejar su adicción.
Pero ¿qué tan cierto es que los vapeadores ayudan a dejar de fumar? Algunos expertos aseguran que estos dispositivos electrónicos no son una verdadera solución, ya que básicamente se trata de reemplazar una adicción por otra.
Para hacer un contraste de lo que sucede en esta industria, Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social, amplió en detalle la problemática que durante décadas ha generado la nicotina y el tabaco. Aunque los vapeadores no son elementos que incluyan directamente tabaco, en su mayoría tienen nicotina que también genera una codependencia.
“Como entidad rectora de las políticas en salud, este Ministerio ha podido identificar que estos productos (Sistemas electrónicos de administración de nicotina y sin suministro de nicotina) han aumentado su popularidad debido, principalmente, al posicionamiento de un mensaje incompleto y confuso que se ha venido difundiendo en la comunidad y es que existe un consumo “seguro” de esta clase de sustancias. En ese sentido, se ha venido ofreciendo una falsa seguridad sobre el uso de estos dispositivos y sobre los riesgos para la salud que su consumo y exposición conlleva”, expresa la subdirectora Bautista.
Desde la otra orilla habla Daniel Peñuela, quien hace parte del equipo de Vapeaholics, una marca que distribuye vapeadores. Él explica que esos dispositivos para fumar se presentaron como una alternativa para disminuir el consumo del cigarrillo, por lo que muchos consumidores iniciaron su travesía por el mundo del vaping.
“El vape se convirtió en un elemento de moda en las fiestas privadas y los bares, es un producto que brinda estatus social al consumidor. Además de los ya mencionados, hay otros factores que pueden influir en la popularidad que han adquirido. Por ejemplo, la variedad en los sabores, no generan un olor desagradable y se pueden utilizar fácilmente en cualquier recinto sin incomodar a las otras personas”, menciona Peñuela.
Según Daniel Peñuela existen diferentes tipos de dispositivos de vapeo, casi todos tienen el mismo sistema “tienen una o más resistencias que se calientan cuando el usuario inhala, haciendo que el e-liquid se convierta en vapor. Los dispositivos desechables, como los que vendemos, han ganado popularidad en el mercado debido a su practicidad en cuestión de tamaño y peso, ofreciendo una generación de vapor y sabor muy óptimos”.
Estos dispositivos tienen todo incluido en una estructura de aluminio, es decir, las baterías, la resistencia y el e-liquid, por lo que son muy cómodos para los usuarios.
Existen otros dispositivos mas avanzados conocidos como MODS que generalmente funcionan con baterías externas, con resistencias que se deben reemplazar periódicamente, que permiten graduar potencia y otros atributos para generación de vapor mucho más grande, pero para eso, según explica Peñuela “se debe cargar con baterías, líquidos, resistencias, etc, lo cual los hace mas incómodos”.
Aunque el mercado es amplio y tanto hombres como mujeres pueden vapear, las estadísticas en distintas tiendas son muy variables, pero en términos generales las cifras más comunes son en las que los hombres se imponen como los mayores consumidores.
Por otro lado, en datos del Ministerio de Salud, más precisamente en la Encuesta Nacional de Tabaquismo en Jóvenes, que fue realizada a menores entre los 13 y 15 años, se indica que el 15.4 % de la encuestados ha probado cigarrillos electrónicos en algún momento de su vida; el 91 % de los menores en edad escolar reportó no haber usado cigarrillos electrónicos en los últimos 30 días pero el 5.3 % aseguró haber consumido 1 o 2 días en el último mes.
Diferencias entre vapeadores, cigarrillos electrónicos y tradicionales
El principal gancho de venta que ha impulsado a los vapeadores sobre otros productos es que son menos nocivos para la salud ya que corresponden a los dispositivos que funcionan calentando una resistencia cuando el usuario inhala por la boquilla del dispositivo que entra en contacto con el liquido y genera el vapor que se exhala.
“El uso de cigarrillos electrónicos a menudo es referido como vapear (vaping, vaporear, vapeo) debido a que muchas personas consideran que éstos producen un vapor el cual es luego inhalado. Pero en verdad, lo que producen los cigarrillos electrónicos es un aerosol de diminutas partículas, lo cual es distinto a lo que se entiende por vapor”, afirma American Cancer Society, que afirma además que es mentira que muchos de estos dispositivos no tengan nicotina.
Según la sociedad científica, “el líquido en la mayoría de los cigarrillos electrónicos contiene nicotina, la misma sustancia adictiva (droga) que se encuentra en los cigarrillos convencionales, cigarros, hookahs y otros productos de tabaco. Sin embargo, los niveles de nicotina no son los mismos en todos los tipos de cigarrillos electrónicos, y a veces las etiquetas de los productos no indican el contenido de nicotina verdadero”
Así mismo, de acuerdo con Bautista, “los cigarrillos electrónicos tienden a imitar en mayor medida un cigarrillo tradicional, usualmente utilizan cartuchos con la solución liquida, mientras los vapeadores suelen ser de diferentes formas, tamaños más grandes y puede usar cartucho o tanques de sistema abiertos para ingresar la solución liquida. Esto responde a la evolución en mercadotecnia y en la forma en como las industrias han innovado en formas de suministro de esta clase de sustancias, situación que ha dificultado aún más su regulación”.
Y sobre la diferencia que hay con los cigarrillos tradicionales, esta radica en los componentes. De acuerdo con la experta en salud, en los cigarrillos convencionales “son aproximadamente 7000 sustancias químicas, 250 con efectos en la salud y al menos 69 asociadas directamente con cáncer, incluyendo Benceno, nitrosaminas específicas del tabaco, Benzopireno, butadieno, cadmio, formaldehído, acetaldehído, nitrosaminas, aminas aromáticas, acroleína, entre otros”.
No obstante y a pesar de que hay muchas diferencias, según el Ministerio de Salud, todos conectan en el punto en el que provocan problemas a largo plazo en varios niveles de salud. De acuerdo con la entidad, algunos de los riesgos que generan los vapeadores son:
Riesgo cardiovascular: El uso de cigarrillo electrónico durante al menos un año se asocia con un mayor riesgo cardiovascular, el uso diario duplica el riesgo de presentar infarto agudo de miocardio e insuficiencia cardíaca congestiva
Riesgo respiratorio: Lesión pulmonar asociada, efectos respiratorios agudos, asociación con neumonía infecciosa y neumonía lipoidea. Modifica la expresión genética de las células epiteliales bronquiales, aumentando el riesgo de transformación maligna
Intoxicación aguda: La ingesta accidental de la nicotina causa intoxicación aguda, siendo más grave en niños
Adicción: El uso de nicotina causa adicción y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y gastrointestinales, puede afectar el desarrollo del cerebro en los adolescentes y jóvenes, y es peligrosa para la salud de las embarazadas y los bebés en gestación.
Además, puede correr peligro ante una posible explosión del dispositivo y tener quemaduras. Otra posibilidad es la irritación faríngea, de la boca y tos seca, pero el peor escenario es en el que puede que provoque convulsiones y desorientación.
Sobre la posibilidad de que estos productos sean prohibidos como se ha hecho en otros países, el Ministerio deja en claro que por ahora no se hará, ya que los más importante es la regulación de los mismos, que se controle su distribución para proteger la integridad de los niños y niñas, y que exista suficiente información sobre los peligros, para que sea el consumidor el que decida de manera consciente.