25 de julio de 2022
Actualidad
El accidente que sufrió el director del DANE de niño por el que habla así
En una reciente entrevista, Juan Daniel Oviedo habló de varios aspectos de su vida.
Por: SoHoJuan Daniel Oviedo, director del DANE en el Gobierno Duque, recientemente se sinceró y reveló la razón por la que habla “gomelo”, como muchos le dicen.
Uno de los dirigentes asignados por Iván Duque para manejar instituciones gubernamentales que más fue comentado, fue Juan Daniel Oviedo, de quien los colombianos han opinado sobre varios aspectos, como su desempeño como director del DANE y algunos aspectos de su vida, como su forma de hablar.
Cabe resaltar que Juan Daniel es de los funcionarios más distinguidos y aplaudidos del actual Gobierno. Y es que desde que tomó el mando como director del DANE, Oviedo recibió todo tipo de comentarios por su particular acento, por el que fue señalado hasta de ser “gomelo”.
Pero contrario a lo que muchos piensen sobre su modo de hablar, lo cierto es que se debe a un accidente que Daniel Oviedo tuvo cuando niño y del que muy pocos saben.
El accidente que sufrió el director del DANE de niño por el que habla así
En una reciente entrevista que Juan Daniel hizo para la revista Bocas, habló sobre distintos detalles de su vida, en el que reveló la razón de su acento.
Según detalló, todo se debe a un accidente que tuvo cuando era pequeño, por el cual terminó con gran parte de la cara cortada, por la que terminó con 72 puntos internos y externos.
“Me quedó como una zeta. Por eso tengo la boca un poco torcida. Los médicos tuvieron que jalar el músculo. Yo era muy pequeño. En los momentos de opulencia, a mí solo me daban leche de polvo holandesa. Eran unos tarros gigantes, azules, lindos, que mi papá traía de no sé dónde. Un día, a la persona que ayudaba en la casa se le ocurrió que esos tarros podían ser cestos de basura y puso uno en el cuarto de juegos. Me caí encima. Se me abrió completamente la cara con la lata”, expresó Oviedo.
Producto de esto, se le generó una cicatriz por la que sufrió bullying en su época estudiantil, según comentó a la revista.
“Fue muy duro, porque además tuve que pasar una temporada con los brazos separados, de frente, para que no pudiera tocarme y dañar la cicatriz. Imaginarás ir al colegio con semejante chamba. Me ponían apodos espantosos. Monster. Rataniel. Esa cicatriz generó una montadera tenaz. Fue un factor de rechazo constante”, confesó.
Tras el accidente y la recuperación, Juan Daniel quedó con problemas para pronunciar la “erre” y con un “seseo” que no corrigió por un mal comentario que le hizo la doctora en su época.
Finalmente, en la entrevista, envió un mensaje a todos aquellos que lo tildaron de ser un “gomelo”.
“Los que dijeron “este gomelo pendejo” deben estar arrepentidos. El buen gusto está. Y mi círculo de amigos siempre era el de los gomelos. De pronto de ahí viene el acento que dicen que tengo. Pero la gente cree que eso implica ser hijo de papi y mami”, manifestó.