11 de abril de 2022
Salud
Bájese los pantalones y tenga coraje: un dedo atrás no lo hará menos hombre
El examen de próstata es un miedo que le cuesta superar a los hombres ante tantos tabúes que existen alrededor suyo
Por: Santiago Revelo Rojas“Siempre hay nervios antes de la acción”, dicen algunos. Y hay quienes pueden dar fe de eso. Antonio Ariza es un hombre de 63 años quien, 15 años después, recuerda muy bien ese día que tuvo que levantarse pensando en que viviría una de esas experiencias que todo hombre, en algún punto de su vida, tendrá que vivir. No importa si lo hace en la edad recomendada o no, téngalo por seguro, le tocará el examen de próstata.
Cuando tenía 48 años, Ariza se levantó sin idea de lo que le esperaba en el médico. Claro, quizá tenía esa imagen que la mayoría de hombres asocia cuando le hablan de este examen. Darle la espalda a un médico con guante en mano cerca de meterle un dedo por el ano, es decir, realizar un tacto rectal, para poder palpar la próstata y sacar algunas conclusiones, o ¿acaso eso no es lo primero que a usted se le viene a la cabeza?
“Ese día tenía muchos nervios. La verdad, luego de lo que me habían dicho mis amigos no sabía muy bien qué era, no fue fácil llegar a la clínica sabiendo que a lo que iba era a que me hicieran un tacto rectal”, contó el hombre. “Los nervios incrementaron cuando entré al consultorio y el médico me dijo, ‘póngase la bata’. Yo me la puse y el médico hizo lo suyo”, agregó Ariza.
Nadie dijo que este examen es placentero o cómodo. Obvio, hay hombres —sobre todo heterosexuales— que no están acostumbrados a tener algo metido por atrás y vivirlo por primera vez genera cierto impacto: “Es bastante incómodo porque son cosas que uno no ha vivido, pero más allá de eso, lo que en realidad representa es que uno se está volviendo viejo”, aseguró Ariza entre risas.
Así como le pasó a Ariza, con el tiempo esto empieza a hacer más ruido en la cabeza y los nervios por la llegada del ‘gran momento’ empiezan a generar ese hormigueo en el estómago que le hacen pensar en no querer acudir al médico.
No obstante, para que tenga una razón para hacerse el examen de la próstata, recuerde que esta es la encargada de producir el semen y la que evita que este se coagule, “para que pueda cumplir con su función reproductiva”, explicó Juan Ignacio Caicedo, especialista en la materia.
¿Y si no me lo hago?
Este examen ha perseguido a los hombres por mucho tiempo. Claro, sea porque sienta que le están pasando los años o por lo que le están a punto de hacer, ese consultorio rodeado de paredes blancas ya genera algo de escalofríos. A esto, además se suman todos los tabúes que giran a su alrededor como que modificará la preferencia sexual, o que afectará la salud y la dignidad de los hombres, lo cual no es algo que ayude a darse la vuelta y dejar que le toquen esta parte de su cuerpo, ¿o no es verdad?
Ahora bien, más allá de todo esto y lo que usted piense, aceptar hacerse el examen de próstata también le permitirá ahorrarse un mal peor: el cáncer. “Es el más frecuente en los hombres y con un mayor porcentaje de mortalidad en Colombia”, según Caicedo, este examen puede ayudarle a descartar la presencia de este tipo de enfermedad en su cuerpo.
“Podemos decir que a uno de cada seis les dará cáncer de próstata y uno de cada 42 sufrirá de metástasis”, por lo que si está entre sus 40 y 50 años y comienza a sentir una disminución del chorro urinario, aumento de la frecuencia urinaria, necesidad de pujar para orinar, empezar a levantarse por la noche para orinar, sensación que no se desocupa apropiadamente la orina, lo mejor es que empiece a pensar en acudir al urólogo para saber si es necesario pasar por el incómodo pero necesario examen.
¿Y después de que me lo meten qué?
Superado el examen, vienen los resultados. Tampoco nada fáciles de afrontar, pero que hacen parte de todo este proceso: “el médico me dijo que tenía agrandamiento de próstata, por lo que me mandaron a hacer una prueba de antígeno prostático (PSA), los cuales salieron altos. Después me enviaron a hacer una biopsia, para detectar si tenía cáncer, pero esta salió negativa”, cuenta con tranquilidad Ariza.
Está claro que pocos hombres heterosexuales quisieran que les hurgaran atrás y aunque los PSA también pueden ayudar a detectar algún problema en la próstata, esto debe ir complementado con este incómodo examen, “ya que tenemos que decir que 1 de cada 5 casos de cáncer se detecta solo por el tacto rectal con antígenos normales”, indicó Caicedo.
Ariza terminó el examen que debe repetirse cada año, que lo ayuda a estar pendiente del comportamiento de la próstata y que no lo ha hecho menos hombre ni ha cambiado sus preferencias. Aunque suene raro, un dedo sí puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, así que más vale tener coraje, superar estos tabúes y someterse a ese análisis profundo que sufrir un cáncer que no sea curable o que lo obligue a pasar por una serie de procedimientos mucho más fuertes como quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia y hasta una que otra cirugía.
Caicedo concluye con una frase realista; “el miedo a someterse a este examen es como los carnets: personales e intransferibles”, así que sólo usted y nada más que usted si ya tiene más de 45 años debe pasar por las manos o, más literalmente, por los dedos de un urólogo.